Centro de Psicología Hipatia
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¿Alguna vez te has sentido paralizado por un miedo irracional e intenso? Todos experimentamos ciertos temores en nuestra vida, pero para algunas personas, esos miedos se convierten en fobias  y desencadenan una respuesta de ansiedad abrumadora.

¿Qué son las fobias?

Las fobias son miedos irracionales, desproporcionados y persistentes que generan mucha interferencia con la vida cotidiana, creencias que aunque puedan ser plausibles son también excesivas. El miedo a las alturas puede ser adaptativo y protegerte de una caída pero se convierte en fobia cuando el riesgo no es inmeditao u objetivo. Hay tantos tipos de fobias como estímulos temidos:

El temor a los espacios cerrados se denomina claustrofobia, a los espacios abiertos agorafobia, el miedo a los pájaros ornitofobia, a los payasos coulrofobia, a los patrones con huecos tripofobia, a las agujas belonefobia… y la lista continúa con cada nuevo estímulo.

Una de las fobias más habituales con las que nos encontramos en la actualidad es la fobia social, es decir, un miedo intenso a estar y participar en situaciones sociales. Algunas personas temen participar en grupos algo numerosos, mientras que otras personas temen las interacciones “de tú a tú” y otras las situaciones en las que tienen que hablar en público.

Muchas veces se generan círculos viciosos o “profecías autocumplidas», cuando por ejemplo una persona teme quedarse aislada si hace un comentario inadecuado, así que opta por no participar, incluso si se le ocurre alguna intervención la juzga como inadecuada y no la comparte y esto tiene como consecuencia el aislamiento del grupo. Al final las acciones dirigidas a evitar la situación temida son las que la han hecho realidad.

En este tipo de situaciones dudamos de nosotros y realizamos auto enjuiciamientos constantemente «¿Cómo debería saludar? ¿Debería decir algo gracioso? ¿Y si todos me miran?, ¿Y si digo una tontería?». De este modo la fobia social convierte lo que podría ser una charla agradable en un campo de minas emocional.

Dentro de las fobias sociales podemos encontrar:

Fobia social de desempeño, que implica un miedo intenso a situaciones de actuación o interacción social, como hablar en público, actuar en público, escribir en presencia de otros o incluso comer o beber en público. El individuo teme ser evaluado negativamente y teme la posibilidad de humillación o vergüenza.

Fobia social generalizada, que es un miedo más amplio y generalizado a diversas situaciones sociales y de rendimiento, en una gran variedad de contextos sociales: conocer gente nueva, asistir a eventos sociales o participar en conversaciones casuales.

Ambos tienen en común la ansiedad y el temor a la evaluación negativa por parte de los demás.

La pregunta inevitable es: ¿por qué desarrollamos fobias? La respuesta no es tan sencilla como podría parecer. Algunas fobias pueden tener raíces en experiencias traumáticas pasadas, mientras que otras pueden ser resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Cualquiera de nosotros puede encontrarse lidiando con estos miedos aparentemente irracionales.

Vivir con una fobia no genera únicamente una incomodidad ocasional. Puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de una persona que muchas veces termina evitando ciertos lugares, animales o situaciones para no sentir angustia. La evitación y el escape de algunas situaciones nos hace sentir alivio a corto plazo y este sentimiento perpetúa la conducta de escapar a largo plazo. Además es muy desagradable porque quien lo vive sabe que es irracional pero no puede controlarlo.

Imaginemos a alguien con fobia social, pensemos ahora en cómo está estructurada nuestra propia rutina cotidiana, cuantas actividades implican interacción social. Ahora imaginemos nuestra vida si en cada una de estas situaciones sintiésemos una enorme ansiedad, como una tormenta interna incluso en momentos tranquilos.

A pesar de que estos trastornos son cada vez más conocidos en nuestra sociedad, aún hay personas que piensan que se trata solo debilidades o caprichos. Es importante entender que las fobias son trastornos de ansiedad genuinos y no simplemente «temores exagerados». La empatía es clave al abordar estos temas, ya que las personas que luchan contra las fobias no pueden superarlas con un “simple” acto de valentía.

Afortunadamente, existen formas de abordar las fobias. La terapia EMDR es muy efectiva en estos casos, al trabajar sobre el trauma que originó la fobia y del que muchas veces no somos conscientes. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado también ser muy útil, a través de técnicas como la desensibilización sistemática y la psicoeducación en manejo de la ansiedad.

En Centro Hipatia podemos ayudarte con herramientas que te permitan dejar atrás definitivamente estas fobias, y así poder disfrutar de tu vida y tus relaciones interpersonales.»

 

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